Un elefante que vivió a cuerpo de rey en la corte de Rusia


En 1736 la zarina Ana de Rusia recibió un regalo muy especial de parte del shah de Persia: un elefante. Amante de las diversiones, la emperatriz quedó encantada con el obsequio, y deseando que todo el mundo lo viera, lo hacía sacar a pasear por las calles de San Petersburgo con mucha frecuencia.

El palacio llegó a necesitar anualmente 24 toneladas de heno, 2,200 kg de arroz, 6 toneladas de harina, 450 kg de azúcar además canela, nuez moscada, dianthus, azafrán y otras especias para alimentar a la bestia (y algunos dicen que bebía unos 600 litros de vodka al año, lo cual no es muy creíble).

Cuando Ana descubrió que su mascota hacía trucos circenses, le dio un papel preponderante en la boda de dos bufones que se celebró en un palacio construido con hielo. A la zarina le divirtió mucho el espectáculo.


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