Por qué el rey Jorge V de Inglaterra no salvó a su «querido primo» Nicolás II de su trágica muerte


La Revolución de Octubre -que se inició el 7 de noviembre de 1917, según el calendario gregoriano- vio el comienzo de la guerra civil. El entonces zar de Rusia, Nicolás II, su esposa Alejandra Feodorovna (nieta de la reina Victoria de Inglaterra), sus cinco hijos y otros muchos miembros de la familia Romanov fueron tomados como rehenes y luego asesinados por los revolucionarios bolcheviques en julio de 1918. Las fotos tomadas antes de la tragedia rusa muestran que Nicolás II y al entonces rey británico Jorge V, que eran primos hermanos, tenían un vínculo estrecho. Sus madres, la zarina María Feodorovna y la reina Alejandra, eran hermanas. “Nicky” y “Georgie”, casi de la misma edad y con un gran parecido físico, habían pasado mucho tiempo de sus vidas juntos.

Sin embargo, cuando el zar fue derrocado en marzo de 1917, el monarca británico fue acusado de no hacer nada. Nicolás II abdicó por sí mismo y por su hijo, el zarévich Alexis, en marzo de 1917. Acto seguido, los revolucionarios pusieron a la familia imperial bajo custodia y a medida que pasaron los meses la vigilancia se hizo más estricta. Todos sabían que los Romanov no sobrevivirían al cautiverio. Según la historiadora británica Catherine Merridale, autora de «Lenin on the Train«, al principio Jorge V había intentado en el más absoluto secreto proporcionar a su primo un pasaje seguro a Gran Bretaña mientras este estuvo prisionero con su familia durante casi un año. En su libro, Merridale alega que los británicos tenían un plan ultrasecreto para rescatarlo en las primeras semanas de la Revolución a cargo del embajador británico, Sir George Buchanan. Este plan era apoyado por el primer ministro, David Lloyd George.

En un giro totalmente inesperado, Jorge V retiró su invitación oficial de asilo por motivos personales y diplomáticos. Según el biógrafo real Theo Aronson, la impopularidad de Nicolás II –y especialmente la de su esposa, acusada de progermana- forzó a Jorge V a abandonar a su primo por temor a que su presencia pudiera provocar un levantamiento obrero similar en Gran Bretaña. «Jorge V se dio cuenta de que, para la mayoría de sus súbditos, el zar era un tirano sangriento… que no era el momento de que un monarca constitucional, temeroso de su propia posición, extendiera la mano de la amistad a un autócrata”, explica Aronson. «Así que la familia imperial rusa quedó a su suerte».

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«El primer ministro, Lloyd George, se presenta ante el rey y le declara que el país es hostil a la idea de cobijar al zar y a su familia«, escribe el historiador Henry Troyat, experto en la dinastía Romanov. «En el caso de que esos huéspedes indeseables desembarcaran en territorio ingles, podían estallar disturbios en las concentraciones obreras. (…) Hacia fines del mes de junio [de 1917], sir George Buchanan va al encuentro del ministro Tereschenko (…) y le anuncia, con lágrimas en los ojos, que, por consideraciones de política interna, su gobierno rehúsa conceder asilo al ex emperador. El hecho de que Nicolás sea primo del rey de Inglaterra y de que Alejandra Feodorovna sea la nieta preferida de la difunta reina Victoria, no ha bastado para vencer el rigor de Lloyd George. La tradición es burlada. Nicolás es abandonado por los que ayer se decían sus amigos«.

El rey cría que el ofrecimiento de asilo provocaría las iras de la bancada socialista en la Cámara de los Comunes”, explica el biógrafo real Donald Spoto, proyectaría dudas sobre su propio patriotismo, alentaría las formas extremas del republicanismo e incluso podía ser el catalizador de una revolución violenta en Londres. Por supuesto, no podía haber previsto el destino final de los Romanov (…). En una suerte de trágica ironía, su nueva familiaridad con las sutilezas políticas y las maquinaciones más duras fue el factor que en definitiva tiñó las manos del rey con la sangre de los Romanov, los parientes a quienes según había afirmado antes tanto amaba”.

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El príncipe Michael de Kent, nieto de Jorge V y primo de la reina Isabel, afirmó en una entrevista en 2010 que, a pesar de que Gran Bretaña rechazó una solicitud de asilo para el zar, el rey confiaba en poder rescatar a su pariente. «Estuvieron muy cerca«, dijo el príncipe, considerado un experto en la historia de la dinastía rusa. “Quizás más que cualquier monarca británico, el rey Jorge sacrificó todas sus preferencias personales –y según se vio, incluso a algunos parientes- para atender lo que él creía eran las necesidades de la Corona”, explica Donald Spoto.

Según Spoto, cuando Nicolás II y Alejandra buscaron refugio en el extranjero, “el gobierno de Su Majestad estaba dispuesto a recibirlo. Pero Jorge se opuso a esta actitud humana”. El secretario del rey, lord Stamfordham “recibió instrucciones de escribir al Foreign Office que los monarca rusos serían ‘rechazados enérgicamente’ por el público y sin duda comprometerían la posición del rey”. Según Spoto, “Jorge insistió en que Nicky y Alix, como afectuosamente los llamaba en el seno de la familia, fuesen rechazados de manera que la monarquía pudiese evitar cualquier asociación con sentimientos impopulares prorrealistas”. Para ser justos con Jorge V, hay que reconocer que nunca supo que su decisión traería aparejada la ejecución de su “querido primo Nicky” y de toda su familia.